domingo, 19 de febrero de 2012

La salud, derecho de todos: ¡Actúa!


Durante el mes de febrero se celebra la Campaña contra el Hambre de Manos Unidas, que este año tiene como fin proteger la salud de los más vulnerables.

Manos Unidas (manos unidas) es una ONGD católica, formada por voluntarios, que desde 1960 lucha contra la pobreza, el hambre, la malnutrición, la enfermedad, la falta de instrucción, el subdesarrollo y contra las causas estructurales que las provocan.


El SIDA y la tuberculosis son las principales causas de muerte producida por un agente infeccioso, en todo el mundo. Con respecto a la malaria, sólo en África, cada 45 segundos muere un niño por este motivo. Además, hay otras enfermedades tropicales olvidadas (chagas, dengue, enfermedad del sueño...) que afectan gravemente a millones de personas de los países en desarrollo.


La campaña de este año, centrada en el VI Objetivo de Desarrollo del Milenio, con el lema  La salud, derecho de todos. ¡Actúa!, tiene como fin la promoción integral de la salud y de las condiciones básicas de vida:
  • Hacen un llamamiento en defensa del desarrollo integral de cada persona y del desarrollo solidario de la humanidad.
  • Denuncian las causas evitables por las que enferman y mueren las personas.
  • Piden la efectiva responsabilidad de todos para erradicarlas.
  • Exigen que la enfermedad no se convierta en un negocio multimillonario, y que las vacunas y los fármacos estén al servicio del derecho a la salud de los más pobres.
El ser humano les importa. Por eso son compañeros de camino de las personas enfermas en los lugares más olvidados del planeta.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir

Éste es el lema de la nueva campaña de sensibilización de Cáritas que tiene como eje principal la propuesta de caminar juntos hacia un nuevo modelo social más humano, evangélico y justo. Se trata de una invitación a construir una sociedad nueva basada en la humanidad como una gran familia que se interpela y se cuestiona sobre la realidad de pobreza e injusticia que predomina en el mundo.



Puedes valorarte, si quieres,  del 1 al 10 en cada uno de estos puntos del decálogo, y luego plantéate en cada uno de ellos una acción muy concreta, o dos, que puedas realizar ya a lo largo de este mes. Si así lo haces, te aseguramos que algo muy especial ocurrirá en tu vida... mejorarás tu calidad de vida, y al mismo tiempo contribuirás a mejorar la calidad de vida del mundo en el que vives. ¿Te atreves a experimentarlo?
  1. Vivir la sencillez es no necesitar tener muchas cosas para ser feliz, no cayendo en el consumismo ni en las modas que nos obligan a comprar lo nuevo, lo último.
  2. Vivir la sencillez es tener más alegría al dar, o al compartir, que al recibir, porque has descubierto el poder misterioso que tiene la palabra gratuidad.
  3. Vivir la sencillez es vaciar el corazón de todas las cosas innecesarias que lo ocupan, y llenarlo del tesoro de la amistad, de la cercanía y del encuentro humano con los demás.
  4. Vivir la sencillez es creer que tu valía y dignidad está en lo que eres como persona y no en lo que tienes o posición social que ocupas.
  5. Vivir la sencillez es solidarizarte con tantas hermanas y hermanos de la familia humana que viven injustamente en la pobreza y necesidad, y te movilizas e implicas porque no quieres vivir mejor que ellos.
  6. Vivir la sencillez es poner tu confianza y seguridad no en el dinero o posesiones, sino en tus bienes espirituales, en tus convicciones y creencias, en tu Fe, en tus capacidades, en tu fuerza interior y en la de aquellos que te aman y aprecian.
  7. Vivir la sencillez es trabajar para vivir y no vivir para trabajar.
  8. Vivir la sencillez es disfrutar de los innumerables regalos que la vida, la Naturaleza, te ofrece constantemente cada día, y que pasan desapercibidos para la mayoría de gente.
  9. Vivir la sencillez es respetar y cuidar de la naturaleza con tu forma de vivir, reciclando, reutilizando, reduciendo el consumo innecesario.
  10. Vivir la sencillez es utilizar tu dinero para que tú y tu familia podáis vivir con dignidad, y para que los demás también puedan vivir con dignidad si lo inviertes en banca ética y si te habitúas a exigir productos que provengan del comercio justo y del comercio local.