El cavaller de l'armadura rovellada es una de esas historias que cautivan al lector desde el primer momento, no sólo por su sencillez narrativa, la intensidad de sus diálogos y personajes o por su sentido del humor, sino por las profundas verdades que encierra. Pocos relatos como éste abordan tantas realidades importantes para la vida en tan breve espacio, permitiendo una lectura rica y plagada de contenido práctico para la cotidianeidad de quien se acerca al texto.
Se pretende en la asignatura de religión abordar de manera amplia algunos de esos aspectos prácticos, permitiendo a los alumnos que se acercan a esta historia la posibilidad de reflexionar acerca de cuestiones tan importantes como lo que se es y lo que se aparenta ser, los obstáculos para la propia felicidad y la de los que nos rodean o la mejor manera de quererse a uno mismo.
Muchas veces, al adentrarnos en temas de tanta envergadura se tiene la sensación de haber caído en un pozo sin fondo. Es fácil encontrarse rápidamente ante la realidad de que la profundidad de estos asuntos nos supera. Sin embargo, desde la asignatura de religión pretende animarse a la no rendición ante verdades tan amplias.
La novela es una invitación a ir más allá de lo superficial para encontrar lo que verdaderamente somos y cuánto escondemos. Es un llamamiento a conocer cuáles son nuestras máscaras y cómo hacer para desprendernos de ellas. Descubrirnos ante nuestro espejo, vernos tal cual somos, comprender lo que hacemos, pensamos o sentimos es, sin duda, un viaje que merece la pena emprender, tal y como hace el protagonista de esta breve obra, con el fin de ser más felices, más sensibles, más personas en definitiva.
El mensaje del libro es el siguiente: todos somos en cierto sentido ese caballero de la armadura oxidada y todos, sin excepción, nos vemos obligados en algún momento de nuestra vida a encontrarnos con nosotros mismos, a emprender un viaje hacia lo que verdaderamente somos y finalmente decidir quiénes queremos ser en realidad.
¡Feliz lectura y feliz viaje!
A menudo conocemos cosas acerca de las personas por cómo se expresan y lo que dicen. A continuación, encontraréis algunas frases de Robert Fisher, el autor del libro. A partir de esa frases, intentaremos dibujar un perfil del autor y lo haremos de forma sencilla: asignando tres adjetivos según lo que sus frases nos hayan sugerido sobre su persona.
Frases a considerar:
Nací en Long Beach, California, con el fin de estar cerca de mi madre. Me acuerdo de que fue un martes porque ese día no estaba haciendo nada más.
Cada día se nos da aquello que somos capaces de llevar a cabo. Si al final del día estamos cansados es porque quizás estemos haciendo algo que corresponde al otro día.
Sólo puedes amar al otro en la misma medida en la que te amas a ti mismo.
No se puede correr y aprender al mismo tiempo.
La vida es buena cuando uno la acepta.
La gente no suele percibir el sendero por el que transita.
Cuando aprendáis a aceptar en lugar de esperar, tendréis menos decepciones.
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